A veces lo urgente te aparta de lo importante.
Nada importa entonces ante la urgencia de sostener, de estar, de permanecer en paz y con la firmeza y el amor necesarios para ayudar sin invadir, para apoyar sin agobiar, para abrazar sin apretar, para escucharte sin hablar.
A veces es urgente dar un salto y agarrar la fuerza del corazón, la paciencia, la equidad, la justa palabra buena que sane tanta maldad.
A veces sólo hace falta que te pongas a cantar que mires a las estrellas, que abraces al teu gegant.