Y te pasas la vida intentando encajar, en una família, en un cole, en un trabajo, en cualquier lugar.

Quieres encajar con tu novio, con tus amigos, con tus hijos.

Pero nunca acabas de encajar porque con quién no encajas es contigo.

Y todos nos damos de bruces con nuestras contradicciones, y como autos de choque nos vamos dando hostiones…

Y cada uno busca su espacio, y va haciéndose sitio, pero inevitablemente fastidias al vecino.

Vamos dando bandazos, codazos, empujones…

Vamos dando trompazos, nos damos bofetones…

Todos nos sentimos heridos y merecedores, de toda la atención, de todos los honores.

¡Cuánto hemos de aprender¡ ¡Qué burdos!¡Qué insensatos! Aprender a callar y escuchar sería el trato.

Pasar inadvertidos, volvernos transparentes, con la boca cerrada y apretados los dientes.

Y que tu ejemplo fuera la guía de tu vida, que tus palabras fueran sabias, pocas, concisas.

Que tus actos estén acordes con tu vida, y que tus pensamientos no te amarguen los días.

¡Somos tan imperfectos! ¡Somos tan demandantes! Adultos inocentes, huérfanos de caricias, de abrazos y de amores.

Intentando encajar, queriendo ser perfectos, necesarios, magníficos, imprescindibles, únicos…no perdamos el tiempo. Encaja con tu esencia, con tu alma y tu cuerpo, encaja antes contigo, antes de que estés muerto.

Madre tierra que estás en los cielos, que nos das la vida y nos das sustento.

Danos la fuerza para estar contigo y ser buenos hijos, desde cada nido.

Madre tierra que curas los males, que sanas las penas y alivias los pesares, danos confianza, fe eterna, infinita, para saber vivir en equilibrio y alegría.

Danos la conciencia que conoces bien, no nos abandones con nuestro ego cruel y mimamos mucho, como hacía mamá, cuando por las noches nos daba de mamar.

Madre Tierra divina, la madre del cielo, la madre del aire, la mamá del fuego, quédate conmigo desde hoy y para siempre, haz que mi camino no sea inconsciente.

Ayúdame madre a ser justa y sabia, yo sola no puedo, me haces mucha falta.

Me das equilibrio, me das abundancia, me ayudas a ser generosa y mágica.

No tiene edad la inocencia, no tiene sexo ni raza.

Los que somos inocentes lo somos desde la infancia

Y no sabemos mentir, se nos nota en nuestra cara.

Demasiado transparentes, somos una especie rara.

Pero no me da vergüenza, no reniego de mi esencia

La inocencia me acompaña y me siento muy contenta

Soy feliz de ser ingenua, inocente hasta la médula

Muchos me llamarán tonta, soy la tonta que despierta

Me quedo con la ilusión. con la esperanza imperfecta,

Seguiré con confianza, con renovada paciencia

con una fe desmedida en la vida, en la inocencia

en esa ilusión antigua que traje desde otro planeta

Y espero morir así, siendo la feliz ingenua

que tiene ganas de reír aunque afuera lluevan piedras.

Estamos transitando hacia un despertar de la conciencia.

No sabemos cuándo ni cómo será, pero la limpieza que estamos haciendo en nuestros cuerpos físico y energético es brutal.

Drenando emociones, limpiando memorias, sanando el pasado, superando dogmas.

Y ya no hay vuelta atrás, escogimos este camino, la misión es despertar y no hay que estar dormido.

Tendrás más sensaciones, dormirás menos horas, tal vez no comas nada o lo hagas a todas horas.

Quizá quieras estar solo o prefieras compañía, no existe un manual, la intuición será tu guía.

Y somos bendecidos los que tenemos tiempo, vivimos en el campo, saludamos al sol, podemos meditar y escuchar el corazón.

Nada es casualidad, tú escogiste el camino que debes transitar en éste tu destino.

No juegues a ser héroe, acepta los errores, no naciste maestro, la maestría te llega, ríndete a oler las flores.

Sigue escuchando a Bach, trata de ver tu aura, duerme si tienes sueños, si tienes ganas llora.

Haz lo que a tu alma le siente siempre bien, no permitas que nadie te diga qué has de hacer.

Has vivido mil vidas, has llegado al final, te toca ser el dueño de tu sueño inmortal.

Somos esas estrellas que en el firmamento están, que dicen que murieron mil eones atrás

¡Pero somos inmortales, créetelo ya! y siembra de certezas tu vida y la de los demás.

No me pasas ni una, no me dejas en paz,

te escucho en mi cabeza, te tengo que escuchar

Eres esa conciencia que me hace despertar

eres mi voz interna que me obliga a reflexionar.

No quiero que te calles, ni que dejes de hablar

Así sé si mis pasos muy errados están.

Y me muero de vergüenza y me causa dolor,

darme cuenta, conciencia, de mi más nimio error.

Porque todas las noches, antes de ir a dormir

tú me enseñas, conciencia, lo que no supe decir.

Lo que dije sin causa, lo que pude mentir,

las veces que me quise, sin saberlo, lucir.

Cuando me hice la lista, cuando te critiqué

cuando fui más que un ego, demasiado cruel.

No te calles, conciencia, no me dejes en paz

quédate cuando duerma y déjame soñar.

Para que un día despierte y me sienta feliz

y no te necesite porque vivirás en mi.

Experimenta la oportunidad de soltar.

Soltar para tener acceso a todo, sin necesitar nada.

No, no es una contradicción.

Todo es nuestro cuando no necesitamos nada.

Parece imposible y parece infantil e ilusorio

Estamos viviendo un tiempo único que muchos venimos pidiendo y esperando hace años…creo firmemente que lo pedimos hace eones.

No existen las casualidades.

Advertir las sincronicidades, darte cuenta de la real realidad, detrás de esa falsa realidad de los telediarios…

Es una bendición. Un privilegio. Un llamado del alma.

Regresa pues al mundo de los sueños para vivir el presente con la inocencia y la sabiduría de un niño.

Y cree en ti. Cree en ti. Si crees en ti, todo es posible.

Restaura la esperanza en la vida y en ti mismo y ayúdate a desarrollar tu mejor versión, con las plantas que la naturaleza te regala. Las plantas tienen alma, para mi son mi mejor herramienta en este despertar.

Atrévete a despertar con los aceites esenciales de las plantas sagradas, con el dulce aroma de la bergamota que te calma la tensión, con el abeto azul que te ayuda a relajarte y a conectar con la tierra. Con el cilantro y el geranio, el incienso y el abeto balsámico, que recargaran de energía tu cuerpo y te llenaran de fuerza vital y paz interior.

Ponte una gotita en el ombligo de esta maravillosa sinergia de aceites esenciales llamada BELIEVE y siente el calor y la conexión con tu madre y con tu abuela y con la madre de tu abuela y con todas las madres que te precedieron en tu estirpe ya que gracias a su ombligo tu estás hoy aquí.

Believe es una sinergia de aceites esenciales canalizada, ideada, creada, pensada, para liberar el potencial ilimitado que todos, sin excepción, poseemos.

Cree en ti

Cree en ti

Cree en ti

La paz no es una palabra que trasciende desde la razón.

Es más que una palabra. La paz es un estado de conciencia.

Lo mismo que la palabra guerra, es otra palabra que habita en los que viven en esa baja frecuencia de la conciencia.

La paz es un estado alto de la conciencia. No pertenece al ámbito de la razón. Pertenece al reino del corazón.

Guerra se escribe con pintura roja y negra.

Amor se escribe con letras de oro, rosa y blanco

La guerra sirve para unos pocos que lo quieren todo.

La paz es para todos, los que necesitan poco, porque ese poco les produce lo suficiente como para convertirlo en mucho…y más.

Las guerras unen a los señores de la oscuridad porque cuestan mucho y la paz no cuesta mucho, pero vale millones que alcanzan para todos.

Los muertos no cobran porque los cementerios están llenos de héroes anónimos que pensaban cobrar al finalizar la guerra. Pero los muertos no cobran en los bancos…

Por lo tanto no vayas a la guerra, y demuestra tu valentía negándote a destruir la vida de alguien que ni siquiera conoces.

Si tú eres madre, seas de donde fueres, no dejes que tus hijos sean adiestrados para la guerra.

Enséñales el respeto a la vida de los demás.

Destruye todo lo que permita herir al otro con saña ajena.

La guerra es la exasperación de la razón convertida en irracional.

La guerra es un negocio de gente sin escrúpulos que exacerba conceptos fálicos patriarcales del siglo del oscurantismo medieval y los utiliza para implicar a los seres de luz, en hazañas oscuras, a cambio de falsas expectativas en el mundo de los muertos.

No vayas a la guerra.

No mandes a tus hijos a la guerra.

¡Jallall!

Hoy has hecho horas extra, querido Ángel de la Guarda y te has puesto las pilas, temprano, de buena mañana.

Has madrugado un poco para salir a verme y cuidar de mi vida, como haces diariamente.

Gracias, bendito Ángel, mi buen guardián y amigo.

Tú conoces mi vida, tú eres el testigo, de mis noches en vela, de todos mis anhelos, de mis miedos fugaces, de mis errores nuevos.

Y estás siempre conmigo y acaricias mis sueños y te inventas historias para contarme cuentos.

Y hoy te doy las gracias, mi fiel ángel eterno, porque has estado atento y me has cuidado el cuerpo.

Ahora a mi me toca conservar bien la calma, subir la vibración y sin temor, ni rabia… Confiar en la vida, en mi decisión sabia, en que todo está bien y en que mi alma no me engaña.

Sin miedo, con amor, con total confianza, seguiré mi camino contigo, fiel amigo, mi buen Ángel de la Guarda.

Prepárate para soltar.

Tu trabajo, tus hijos, tu casa, tu coche, tus amigos, tus años, tus vicios y virtudes.

Tus amores, tus deseos, todos tus dolores.

Tus sueños, tus penurias, todos tus sinsabores.

Soltar los desencuentros, los agravios, los favores, soltar tus malas pulgas, tus dudas y temores.

Nada es tuyo, no sirve, no necesitas nada, llegaste sin billetes y sin ataduras.

Soltarás a la fuerza, la vida es así de dura, te enseña a tortazo limpio, si te distraes, te tumba.

Te invito a que, despacio, sin pausas y sin prisas, vayas soltando lastre, llegarás a la cima, sin cargas, sin equipaje, sin pesos, sin asfixias.

Llegarás, eso es seguro, y si llegas ligera, te será más fácil viajar a las estrellas.

Nos llenamos la boca hablando del crecimiento personal

¿Sabes que significa ese término tan abstracto?

Pues significa olvidarte cada vez más de tí, de tu ego disfrazado de falsa humildad, de mujer ocupada, de sabionda de pacotilla, y empezar a empatizar con tu congénere. Escuchar más y hablar menos. Juzgar poco y entender mucho. Comprender y sentir al otro sin darle lecciones. Aconsejar si te lo piden.

Callar y acompañar desde el silencio.

Estar cuando haces falta y desaparecer sin hacer ruido

Tender una mano, sin agarrar el brazo.

Acariciar si te dejan, sin agobiar ni invadir.

Ah! Mi amigo! Crecimiento Personal es tragarte tus iras y enfados y hacer tuyas las máximas del sabio: «no te tomes nada personalmente», » sé impecable con las palabras», «no hagas suposiciones» , «hazlo lo mejor que puedas».

Crecimiento espiritual es bastante más que una bonita frase. Es ser consciente de que eres ejemplo y faro.

Que tu luz sea clara y luminosa y si se empaña sepas limpiarla con amor.