Sin apenas decir nada, sin mirarte, sin hablar. Me despierto en la mañana y tengo ganas de más.
Hemos pasado los años y seguimos como ayer, más arrugados, más viejos, pero más sabios también.
Nadie nos podrá decir que nos lo han regalado. Hemos trabajado a fondo, hemos reído y llorado.
Nos hemos sacado brillo, nos hemos enamorado, nos herimos, nos mentimos y nos hemos separado.
La vida nos puso a prueba y aceptamos la partida, yo creo que estaba escrito. Vivimos la pesadilla.
Pero cuando yo te miro y tú me miras, mi vida, se descorren los mil velos, se perdonan las heridas.
Cada día es un comienzo, cada noche una aventura, cada mañana unas risas, cada tarde una locura.
Si te digo que te quiero, puede sonar desfasado. Nos amamos desde el cielo, debía estar preparado.
Así que después del verso fácil y divertido, te digo mi buen marido que tienes mi corazón.