Mis pensamientos me piensan y no me dejan pensar.
Me despiertan muy despiertos y con ganas de jugar.
Duermen conmigo la siesta, salen conmigo a comprar.
Me preparo el desayuno, no dejan de molestar.
Mis pensamientos aburren, me invaden, me dan pavor.
Porque con ellos encima, se ahoga mi corazón.
Mis pensamientos son tontos y piensan sin ton ni son.
Se marean dando vueltas pensando sin solución.
Me sacudo cada día esta invasión silenciosa que ocupa toda mi vida, que ataca mi alma poderosa.
Mis pensamientos son niños que sólo quieren jugar, los trataré con cariño, los invitaré a cantar: «dos por dos nunca son cuatro, uno más uno no es dos, aquí tienes mi retrato, pensamiento de mi amor»