De los pies a la cabeza, en estado de alerta, para que lo que digas, lo que pienses y lo que sientas vibren en la misma frecuencia.
En equilibrio perfecto, como si fuera una orquesta, sincronizando tus emociones con tus pensamientos y tus palabras.
Atendiendo al corazón sin descuidar la razón. Observando el pensamiento, controlando la erudición.
Sabiendo que eres perfecto pero tienes que entrenar ese ego que anda suelto y te quiere extorsionar.
Somos una sinfonía, un equipo excepcional que puede ser amoroso, o que puede destrozar. Somos capaces de todo. Creadores de lo mejor, podemos tocar el cielo o el infierno visitar.
Tú eliges en qué lado te apetece más estar.
Yo hoy ya lo tengo claro.
Por eso cada día trabajo en mi y en mi bienestar.
Para ser luz, ser un faro, para poder alumbrar este mundo tan humano, tan bello tan especial que nos lo da todo mascado cuando en equilibrio estás.