Ya he vivido más días sin ti que contigo, pero tu bella esencia permanece conmigo.
Y cuando pienso en ti me parece que estuviste aquí hace un siglo, no obstante aún te oigo reir y cantar coplas haciendo gorgoritos.
Tus tacones lejanos resuenan en mi oído y tus ojos azules se clavan en los míos y cuando veo a Bruno bajando el tobogán te oigo desde lejos aplaudir y bailar.
Fuiste mi mamá buena que no supe entender. Yo era jovencita y tú una gran mujer. Y te fuiste tan pronto, tan rápido, tan ya¡ que no tuvimos tiempo de abrazarnos, mamá.
Te busque en otros rostros y te quise encontrar en tus vestidos rotos y tus zapatos de alta sociedad.
Y he vivido pensando en ti y en tu caminar, en tu esbelta figura, en tu risa inmortal.
Y hoy estás en mi nieto y te puedo abrazar y tú acaricias mi pelo y nos podemos besar, porque somos la esencia del amor invisible que se sabe intangible pero se puede tocar.