Estáis todos embargados, acabados, denunciados.
Y nos tomáis por esclavos como si nada hubiera pasado.
Sois unos pobres desalmados pero por fin se ha acabado. El tiempo del sufrimiento ya no va con los despiertos.
Estamos en el camino de la libertad, mi amigo, y ya no hay vuelta atrás hermano, ve preparando el relevo, que otro mejor ocupará tu puesto.
Se acabaron las mentiras, las deudas y las rencillas. Llegó el tiempo de la paz, de la luz y la bondad.
Y en honor y con paciencia, tranquilidad y complacencia te digo, pobre durmiente que aligeres tu mochila, que te asomes, aunque sea de puntillas, a la nueva humanidad que está a punto de estallar.