Hoy te escribo envuelta en una música antigua, evocadora, que me recuerda mi origen y mi misión.
Una música que me invita a viajar por los mundos olvidados,
por las energías guardadas de los remotos tiempos de Lemuria.
La música que nos unifica y reconforta.
La música que despierta nuestra glándula pineal y nos invita a recorrer los mares infinitos de la conciencia.
La música de nuestro origen cósmico.
La música de los delfines, de los paisajes verdes y azules.
La música de los atardeceres rojos y los amaneceres dorados.
Música de cascadas interminables y animales libres.
Música de mares Esmeralda y templos de Cristal.
Música que abre mi corazón para conectarlo al tuyo y juntos llegar hasta el corazón de la Madre Tierra,
donde se guardan las memorias de nuestros ancestros.
Donde las dimensiones empezaron, donde se esconde el alma de la Tierra.
Y unidos en una comunión eterna e infinita llegar hasta los universos olvidados, de donde muchos procedemos para bailar la danza interminable del Amor Universal
🙂
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