Se acabó señores de la guerra, no lo conseguiréis.
Vuestros planes macabros no tienen cabida en mi mundo.
Se acabaron vuestras perversiones, vuestras tropelías, vuestras ambiciones.
Habéis llegado lejos pero no tenéis más recorrido.
Despiertos estamos los que ahora vivimos en esta santa tierra que casi habéis extinguido.
Pero la Tierra es sabia y siempre se renueva, resurge de sus cenizas y siempre es primavera en nuestros corazones cansados de sufrir, no tenemos más ganas y queremos vivir.
Catástrofes y guerras, los odios y pasiones, los niños abusados, los viejos, las prisiones, los jóvenes sin techo, las madres sin amor, todos tienen derecho a un mundo mejor.
Por eso se acabó señores indecentes, los que lo hacen a posta, también los inconscientes, se acaba un mundo oscuro, perverso y delirante donde domina el miedo y el dolor denigrante.
Estamos ya despiertos y somos mayoría, apéense del tren que ya no tienen vía, ocúltense en las sombras o súbanse a este carro, la vida de la Luz y el Amor ya ha llegado.