Aparentemente imperturbable, como la naturaleza, como el mar en calma, como el campo en primavera, como la música suave, como el cielo estrellado en una noche de verano, como el sol que sale y se esconde aparentemente siempre igual.
Aparentemente imperturbable porque en realidad todo cambia y se mueve y muta y se transforma de un modo sutil o bruscamente, como deba de ser en cada momento para el mayor bien, que diría mi buen amigo, para que el equilibrio se restablezca, para respetar y honrar las leyes universales.
Todo cambia y se transforma y así sigue cambiando y trasformándose in eternum mientras los humanos cortos de vista no ven más allá de sus narices.
Infinita y eternamente el Amor se expande y nos invade para siempre, por siempre.
Para ti, para mí, para todos los hombres de buena voluntad.