Calma chicha de verano, nos dejan salir al patio con mascarilla en la mano.
Hace sol, hace calor, lagartijas de colores corren por todos los lados.
Aprovecha la ocasión para mojar tu cabeza, métela toda en el agua antes de que se haga vieja.
Y sube aquella montaña, camina por ese monte, atraviesa ese camino, salta y corre por el bosque.
Nos están dando una tregua…
Pero volverán de nuevo, prepárate la armadura, ponte coraza de acero y tápate los oídos, los ojos y el corazón. Por la tele, por la radio disparan sin compasión.
Y no compres más diarios, ni hagas caso de youtube, no te creas casi nada, ni a los que opinan como tú.
Lo que es verdad o es mentira, lo sabes desde hace años, periodistas y doctores no te harán mucho más sabio.
Aprovecha este verano y deja atrás el temor. Todos sabemos que el miedo es lo contrario del amor.
Bebe agua donde la bebe tu caballo. Un caballo nunca tomaría agua mala. Tiende tu cama donde el gato duerme plácidamente. Come la fruta que ha sido tocada por una lombriz. Sin miedo recoge los hongos sobre los que se posan los insectos. Planta un árbol donde el topo escarba. Construye tu casa donde las víboras toman el sol. Cava un pozo donde los pájaros se esconden del calor. Ve a dormir y levántate al mismo tiempo que las aves, cosecharás los granos de oro de la vida. Come más verde, tendrás piernas más fuertes y un corazón resistente, como el alma de los bosques. Mira al cielo más seguido y habla menos, para que el silencio pueda entrar en tu corazón y tu espíritu esté en calma y tu vida se llene de paz.
«Desde el más profundo y sentido amor me conecto para vibrar con esta declaración: «Estamos viviendo un momento desafiante. En realidad creo que la ola que está revolviendo nuestras entrañas es global. La sombra salió a la superficie. Lo escondido está siendo revelado, y eso no se refiere sólo a la situación político-económico-social, sino a cada uno de nosotros. La forma en que reaccionamos a este momento revela también nuestras sombras. Eso no es malo. Sólo podemos limpiar la suciedad que vemos. Mientras nos ocupamos de apuntar la oscuridad allá afuera, en los demás, en la política, en aquellos que atacamos por pensar diferente de nosotros, dejamos de actuar y transformar lo que nos corresponde. Nosotros mismos. Cada uno de nosotros tiene dones y habilidades que sirven a la totalidad. Unos tienen una mente clara y excelentes ideas, otros son ágiles en encontrar soluciones creativas. Unos saben curar, otros tienen el don de la oratoria. Unos aman estar en grupo e iniciar movimientos que se expanden, otros prefieren quedarse en el jardín cuidando de una sola semilla. El momento requiere que cada uno de nosotros descubra su don y lo coloque al servicio del todo y de todos… ¿Hay algo que sólo tú puedas dar? Necesitamos evitar la trampa de ser aspirados por esa ilusión colectiva que dice que nuestro destino está en manos de alguien, y no en nosotros mismos. Mientras nos quedamos atrapados por la revuelta, reclamando, atacandonos unos a otros, alimentando esa ola que causa angustia y miedo, dejamos de hacer lo único que podría ser verdaderamente revolucionario. Existir!!. Ser la luz que somos. No importa la sombra que nos rodea, estamos aquí para manifestar nuestra luz. Una sola vela encendida rompe la oscuridad. Si eres alguien influyente en la política, sé luz. Si eres influyente en la educación, sé luz en la educación. Si eres dueño de un quiosco en la playa, coloca amor al preparar los sandwiches. Donde quiera que estés, haz lo mejor. Deja de desperdiciar tu energía juzgando, polarizando, atacando. Esto no resuelve nada. Sólo profundiza ese velo de separatividad y ceguera de todos nosotros. Este es el último intento de la sombra de apartarnos de nosotros mismos. Tenemos un poder inmenso y todo puede transformarse si somos sabios y valientes para hacer lo único que nos corresponde. No nos dejemos engañar por lo que vemos a nuestro alrededor. Respira. Haz lo mejor. Vibra con la luz que eres. ¡Y confía! ¡Estás en camino! «Las Almas son como velas que se encienden las unas a las otras»
Llegaste desnudo al mundo, y desnudo marcharás, abrígate con los sueños que tu alma te proporcionará
Naces, creces, te reproduces y mueres.
Lloras, ríes, comes y duermes.
Estudias, te esfuerzas, trabajas y enfermas.
Te casas, pares hijos, te dejan y te lamentas.
Te enojas, te reconcilias, te divorcias, te emparejas.
La vida es para vivirla sin tantas monsergas.
Recuerda observar las nubes, sentir la lluvia en la oreja, subir todas las montañas, nadar en mares, saltar a la cuerda.
Jugar con los animales, comer los frutos que regala la tierra, hacer magia con las flores, inventar cuentos de calleja.
Y jugar a la charranca, ¿que qué es eso? Pregúntaselo a tu abuela. Los abuelos saben mucho más de lo que piensas.
La vida es para vivirla, hijo mío, no la pierdas, persiguiendo lo imposible, siendo esclavo de la materia.
Llegaste desnudo al mundo y desnudo marcharás, abrígate con los sueños que tu alma te proporcionará. Abraza a tus hijos, besa a tu hermano, acaricia a tu gato más. Abre el corazón un rato y no te arrepentirás.
La vida es para vivirla. Sólo el Amor nos salvará.
Aunque quieras disfrazarla, aunque la evites y niegues. A pesar de despreciarla, de esconderla y hacer ver que no la ves.
La maldad se hace presente, convive con tu vecino, se pasea por tu casa y se acuesta con tus sueños.
Y no tienes que negarla, ni hacerte el sordo y el ciego, sólo tienes que alumbrarla y darle amor y consuelo.
La maldad eres tú mismo cuando gritas a tu abuelo, cuando ciñes tu entrecejo, cuando te complicas el camino. Cuando esperas, cuando exiges, cuando crees que eres el centro, cuando mandas, cuando sientes que eres el rey del universo.
Manipulas, eres víctima y verdugo al mismo tiempo, y te enfadas con tus hijos y les matas los ensueños.
No critiques al vecino, mírate más el ombligo. No juzques, no los condenes, no te creas tan buenito. Somos todos unos necios y unos sabios al mismo tiempo. No nos supieron amar, ¿cómo podremos hacerlo?
Lámete bien tus heridas y atrévete a ser honesto. ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo? Ámate y olvídate del resto.
Sí que existe la maldad, no la niegues, no la ocultes, solo llénala de amor, lo demás ya no te incumbe.
Nos hemos vuelto a encontrar y esta vez nos hemos reconocido.
Hace millones de eones que andamos por los caminos, con las mochilas cargadas de sueños y desatinos.
Hemos vivido experiencias de todos los tipos, quisimos bailar los bailes, cantar con mil gorgoritos.
Atravesar las montañas, surcar mares y ríos, viajar en todas las naves, amar y odiar, escribir nuestros destinos, en el akasha infinito.
Y hemos vuelto a este lugar, al mejor de los destinos, para derramar amor y cosechar abracitos, para destapar las caras, para quitarnos las máscaras, los bozales, los castigos.
Para curar el dolor de tantos años antiguos, para sanar corazones, para unir nuestros destinos, con el amor que nos iguala, con el Amor Infinito.
Nos hemos vuelto a encontrar, Jallalla, Amén hermanitos¡!
Hoy brillas menos que ayer, pero yo te puedo ver. Te miro, sol, a la cara y me siento respaldada. Tu luz no daña mis ojos, me acaricia, me alimenta, me invita a entrar en tu casa sin apenas darme cuenta.
Eres tibio, sabio amigo, eres el sol de infancia, el que acaricia y da abrigo, el que guarda las distancias.
Eres el padre solícito que acude cuando hace falta, el que siempre viene a verme sin esperar mi llamada.
Te escondes tras una nube y parece que te apagas, pero tu luz siempre vuelve para iluminar mi alma.
Te doy las gracias sol mío, sol de todas las galaxias, que acompañas mis latidos hace eones de mañanas.
No tengas miedo al cambio. La vida es cambio. El cambio es vida. Todo cambia siempre sin solución de continuidad. Desde que naces, nunca eres el mismo. Nada se repite. Cambian tus parejas, tus hijos, tus amigos. Cambia tu apariencia, tu carácter, tu cuerpo.
Tú no te das apenas cuenta, pero cada día eres distinto. Entonces me pregunto: ¿cómo es posible que me reconozca cuando me miro en el espejo? Y yo misma me respondo: porque algo inalterable me soporta y me sostiene. Esa esencia inalienable que a todos nos contiene. El Ser supremo que asoma por cada poro de piel, tu verdadera presencia que tú nunca puedes ver.
Que se oculta y se diluye dentro de tu corazón, que es tan tierna, tan preciosa, y tiene tanta compasión.
Abrázate a esa esencia que se oculta en tu interior, enamórate de ella, se su amiga, háblale con amor.
Es la esencia de la vida. Ese es tu Ser Superior. Inalterable y eterno. Sin tiempo, sin confusión.