Polvo de estrellas que un día quiso experimentar la materia, sentir, soñar, sufrir, pensar.
Polvo de estrellas, pedacitos de dios, soles pequeños que encarnamos para jugar y desentrañar los milagros de la vida.
Trocitos de conciencia que decidimos viajar y meternos en un cuerpo.
Aprendimos a respirar, hablar, comer, y sobre todo a recordar que somos Amor, que venimos del Amor y que regresamos al Amor.
Y mientras tanto…El Mar🌊