Conversar contigo es una caricia para mi alma. Es rozar el paraíso, escucharte reír y reir contigo, cómplices, libres, serenas.
Conversar contigo y escuchar tus historias, tus sueños, tus anhelos, tus miedos escondidos detrás de tus locuras.
Tus inseguridades detrás de tu seguridad esculpida a fuerza de soledad y tristeza.
Y converso contigo y te amo como antaño, como ese día que supe que me habías elegido para abrir tus ojos a la vida.
Y te miro y me veo y me perdono y me amo. Y atradezco a la vida por el regalo de la tuya. Y confío en tí y en tu poder de diosa eterna, sabia y amorosa.
Conversar contigo es una bendición y un regalo de los dioses. Conversar contigo me acerca a Dios.