Hace unos años hice un retiro, tenía que pasar dos noches y tres días al abrigo de la luna, el sol y los mosquitos.
Ahora me parece snob, ese retiro forzoso, cuando todos sin quererlo nos hemos retirado un poco.
Te retiras del vecino, del gimnasio, del amigo. Te retiras de las fiestas, de los teatros y los conciertos.
Te obligan a retirarte, sin ganas y mucho miedo, para salvar a tu hermano de no se sabe qué entuerto.
Vivimos tiempos extraños. No nos queremos juntar con los amigos de antaño, nos da miedo hasta silbar.
Y si vamos a la playa con la boca bien tapada, no vaya a ser que te percates de semejante chorrada.
De retiro, hoy vivimos de retiro. Aprovecha la ocasión y hazle caso al corazón. Haz las paces con tu vida y luego sal al balcón, verás que también las nubes hacen la revolución
De retiro, hoy de retiro, al final tendré la solución a esta locura colectiva sin motivo ni razón.
Cuando acabe este retiro me pienso ir de vacación.
Cierto! Nos va haciendo falta ya unas vacaciones de las de verdad.
Aquellas de veredas entre riscos enormes, de líquenes pintando de verde todo aquello que acarician…
Vacaciones a boca abierta y sonriente…. Sin miedos. Vacaciones sin radio, sin periódicos.
¿Una mano quizá para acompañar y compartir toda la belleza del mundo? Seguro que sí! Un mano sin miedos, también…
Amiga…. Estoy contigo! Necesitamos con urgencia una vacaciones lejos de esta locura y miedo!
Un fuerte abrazo.
Rafa.
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