EL MUNDO EN VILO – Amawta Fernando Ergueta

Somos un mundo humano que ha perdido el rumbo a pesar de que es un mundo humano con gente con cabeza.

Es muy fácil confundir a la humanidad entera aunque cuente con redes de comunicación, si el corazón de la gente se ha quedado sin comunicación.

¿Cómo sanaremos los miedos que nos llevan al pánico, en medio de un mundo que pierde el orden y la fe?

Los pobres humanos del mundo siguen medrando su pan en medio de las vicisitudes de la guerra bacteriológica mundial que busca desmerecer la vida sagrada de la gente mayor que es portadora de la sabiduría del mundo.

¿Qué tendremos que aprender de los ancestros? ¿Cual será el camino de retorno hacia nuestras identidades y hacia el quicio de la humanidad, que ahora está desquiciada por el temor a sobrevivir?

Tendremos quizá que reflexionar, meditar y accionar los cambios en nosotros mismos, hacernos cargo de nosotros mismos, potenciar nuestras raíces y nuestros ejes interiores para dejar de ser tan influenciables y susceptibles al pánico que es innecesario en la mayoría de los casos.

Hay un plan superior para esta humanidad que se retuerce en una crisis sin precedentes haciendo aguas por toda la superficie de su maderamen artificial y artesanal que no resistirá el peso de sus contradicciones y su falta de oídos y de corazón frente al desajuste racional impuesto con el pegamento del miedo y el chantaje económico y viral.

El frenazo mundial frente a la velocidad exagerada y a la manipulación del tiempo, ¿a cuántos humanos precipitará al vacío?

Finalmente siempre hay un plan y una salida.

Siempre hay un nuevo día.

Ningún dolor es infinito frente a la fuerza infinita del amor del universo y frente al plan de vida de la Pachamama.

Los mundos infinitos fluyen en su plan de eternidad en una proyección de eterno aprendizaje.

La Madre Tierra finalmente regulará, como siempre, el desequilibrio que provocan sus hijos en el artesonado de la vida en equilibrio en la tierra, volcando su infinito amor por la vida en general.

Sólo nos toca vivir y dejar vivir a los demás en el plan temporal que cada uno tiene.

Los humanos no somos un experimento. Somos una especie evolutiva activa y comunitaria, cuando el plan social es positivo…El plan mayor fue pretender matar el nervio comunitario natural del humano para convertirlo en un zombi social mentalizado, lleno de individualismo egoísta y altamente capacitado para consumir y depredar el vientre sagrado de la madre tierra sin ningún remordimiento ni reparo.

Retornemos a nuestro quicio interior y pensemos que somos humanos.

Colaboremos unos con otros, sin juzgar ni apartar a quienes han caído en desgracia y están solos en este momento de inflexión humana.

Retornar al ejercicio del corazón nos permite retomar el equilibrio de la fe.

Jallalla!!!

Amawta Fernando

Tiwanacu Los Andes Bolivia

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