Hay que hacerse el tonto para sobrevivir
Atravesar las palabras y hablar con las miradas
Contar hasta catorce sin dejar de sonreír
Y callar a tiempo para no decir otra bobada…
Hay que hacerse el tonto para no discutir
Dejar pasar las horas, respirar a bocanadas
Comprender que la boca siempre tiende a mentir
Abrir el corazón, hablar con la almohada
No digas la palabra que sirva para herir
Que ningún ser querido jamás pueda decir
Que ofendiste su alma, que fuiste cruel y vil
Que sean tus palabras un abrazo sin fin.