QUE VIENEN LOS RUSOS…

Mihail y Svetlana llegaron despacio, no nos dimos besos, sólo alguna mano.

Les miré a los ojos, vacíos, cegatos…

Olían a dinero sin ningún recato.

Miraron la casa como por encima, no oyeron los pájaros, ni olieron las viñas.

Las flores se dieron la vuelta a su paso y las margaritas cruzaron sus brazos.

Los gatos maullaban, ladraron dos perros…los rusos se fueron por dónde vinieron.

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