En esta noche clara de calor esperado, después de la plandemia y antes de los milagros, escuchando a lo lejos perros abandonados y grillos escondidos entre el césped mojado…
Yo me quedo contigo, silencio deseado, calor adormecido, sapo desmemoriado, cantor de las caricias que hoy nos seguimos dando, espectador de lujo de esta luna de verano.
Yo me quedo contigo, paciencia descubierta, certeza conseguida, esperanza satisfecha.
Yo me quedo contigo por siempre y para siempre, para hacer el camino que me lleve a la muerte.
Camino sin obstáculos, sin dolor, ni pesares, caminito sencillo, llenito de lunares, de noches de gardenias y tardes de domingo, de niñitos jugando y de abuelos riendo.
Yo me quedo contigo, perfume de mi madre, voz eterna y amada, esa voz de mi padre… Yo me quedo contigo, hermanita lejana que sueñas primaveras dormida en tu almohada.
Me quedo con mi abuela, con la suave habanera, me quedo con mi gato que duerme entre mis piernas.
Me quedo con las ganas de seguir sonriendo, aunque caigan las lágrimas y se alejen los sueños.
Yo me quedo contigo eterno ser de Luz, quédate tu conmigo y así seremos dos.