Un grillo gordo y ruidoso me ha venido a visitar. En el silencio de la noche él muy bien se hace escuchar.
Al principio resulta molesto, inquieta su estridente estridular, pero cuando te acostumbras no lo quieres acallar.
El grillo que vive en mi casa tiene nombre y apellido, duerme tranquilo de día y de noche hace ruido.
Nos trae fortuna, alegría, buenas nuevas, libre albedrío para decirle a la tierra, gracias por habernos elegido.
Esta casa es un vergel, un templo donde los haya, mi grillo me da lecciones y da vida a mi terraza.
Me augura grandes noticias, buena suerte, grandes días, esperadas alegrías y eternas algarabías.
Gracias grillito estruendoso, grillo de la buena suerte, contigo todas las noches suena un concierto diferente.
Yo te agradezco mi grillo que en mi casa siempre vivas, para llenar mi jardín de sueños y de alegrías.