Muchos días me descubro un poco desubicada. No tengo bien la cabeza, no descansa en su almohada.
Las piernas van dónde quieren, pero los pies no las siguen…las manos se encuentran solas y los brazos las persiguen.
Me cuesta ver con los ojos, escuchar con los oídos, escucho voces que quiero y otras que hacen demasiado ruido.
El cuello gira a la izquierda, la cabeza a la derecha, la boca me cuenta cuentos y mi nariz la alimenta.
Tengo toses muy antiguas, tengo dolores abstractos, a veces siento cosquillas, siempre me tumbo a mi lado…
Y cuando se hace de noche y todos los gatos son pardos, me imagino en una estrella ebria de besos y abrazos