Dar las gracias por rutina, agradecer sin pensar puede resultar mentira si lo haces sin consciencia, dar las gracias es una ciencia que no se aprende en la escuela. A ser agradecido lo aprendes de tus padres, de tu abuela.
Y siempre hay algún motivo para ser agradecido, y el cielo te lo devuelve y el cosmos te lo agradece escuchando tus pedidos.
Lo que proyectas al cielo se te devuelve multiplicado. Así que ve con cuidado y no te pases la vida quejándote de la vecina, criticando a tu cuñado.
El cielo escucha tu son, tus ruegos y tus anhelos, el cielo es buen compañero, te devuelve la ilusión.
Y siempre hay un corazón al otro lado del mundo que escuchará tu canción que sentirá tu susurro.
No estás solo en esta tierra, ya no te sientas pequeña, todo está muy conectado, agarrémonos las manos, el sueño ya ha comenzado y no es una pesadilla, es la nueva humanidad que se acerca de puntillas y que te quiere abrazar.