Hoy conjugo los gerundios con los que voy a vivir para el resto de mi vida.
Contigo quiero seguir «gerundiando» las mañanas, me «gerundio» a mediodía, te «gerundias» por las tardes, nos «gerundiamos» hasta a escondidas.
El gerundio me sugiere que todo puede pasar, que todo es ahora posible.
Esperando despertar de nuestro sueño imposible, de esta absurda realidad que de gerundio en gerundio nadie quiere despertar.