Me busco y no me encuentro y me vuelvo a buscar entre papeles viejos y fotos del más allá.
Y no me reconozco y me vuelvo a perder, ya no sé mi nombre, ni cómo es mi piel.
Ayer está lejos y vuelvo a empezar. Todo es muy complejo o sencillo quizá.
Tan sólo conecta con aquí y ahora, suspira, respira y ¡arriba que ya es hora!
Busca esa pequeña morena de luna, con ojitos negros y piel de aceituna. Una niña frágil y fuerte a la vez. Una pizpireta que se hizo mujer.
Búscala en tu risa y en tu atardecer. Búscala en tus sombras y en tu desnudez.
Abrázala fuerte no la vayas a perder, no dejes que de nuevo se vuelva a esconder.
Átala a tus sueños, enséñale a hablar, dile muy bajito que la vas a amar y cuando se duerma cántale una nana, dale otro besito, acomoda su almohada.
Y vela su sueño, dile «hasta mañana» sabrá que la quieres como ella te ama.
Tu niña perdida detrás de tu vida, se quedó escondida sin encontrar la salida.
Ya llegó el momento María Asunción de contar el cuento de tu resurrección. Y con cada gesto, con cada palabra se curará el tiempo en que no te encontrabas.