¡Nos equivocamos tanto! ¡Qué poco confiamos en nuestro poder para cambiar las cosas!
Somos poderosos, somos energía en acción y muchas veces actuamos como esos cobayas que giran y giran sin principio ni fin. Perpetuando situaciones que no nos gustan, repitiendo palabras que no construyen, generando más dolor del que queremos evitar.
Somos energía y la energía es capaz de transformarlo todo. Lo bueno, lo malo, lo peor, lo mejor.
Somos energía y no sabemos utilizarla. No somos conscientes de la magia que sucede cuando cambiamos el foco, cuando dejamos de repetir el mantra de la queja, del victimismo, del enojo, del despecho. Cuando dejamos de tomárnoslo todo personalmente y nos elevamos del suelo para contemplar la realidad desde la azotea de la verdadera sabiduría, que no está en las universidades, ni en las enciclopedias, que no distingue ricos de pobres.
La sabiduría de Ser una Esencia Eterna, Viva, Única, Libre. Un pedacito de Dios envuelto en un traje de carne y huesos.
Somos energía creadora, transmutadora, transformadora, imponente, incombustible, imperecedera…
Es tan grande nuestro poder y nos asusta tanto que dejamos que los demás lo utilicen, lo manoseen, lo contaminen, lo opaquen…
Somos energía y cuando nos demos cuenta de que todo lo podemos dejaremos de utilizar el sufrimiento y empezaremos a gozar de la vida eterna.
Somos energía. Repítelo hasta que lo comprendas, hasta que no se te olvide, hasta que tomes las riendas.
Todo es energía, energía en acción🦋