Y… mientras tanto el fuego me habla.
Me cuenta historias que no salen por la tele.
Me habla bajito y me calienta el alma.
Me susurra al oído suaves palabras.
El fuego me habla y he sabido oirlo, ya no me distraigo con otras mandangas.
El fuego maestro, hermano y amigo, el fuego infinito, el fueguito divino.
Los telenotícias, los radiofonistas, los telediarios y los periodistas, te anuncian desgracias y a mí mientras tanto el fuego me habla.
¡Qué dicha!¡Qué suerte!¡ Qué encanto!¡Qué gracia!
Me siento dichosa, agradezco a mi suerte, la vida es preciosa cuando el fuego me habla.