Vivo en paz. Pero no en la paz de los muertos, sino en la paz de los vivos que han hecho las paces consigo mismo.
Cierto es que no siempre puedes hacer las paces con los demás.
Los demás encontraran también su paz y quizá entonces suceda la alquimia.
Pero mi corazón ya está en paz y es algo anhelado, buscado, trabajado, sagrado.
Conseguir la paz no es fácil, ni gratuito, pero es indispensable, es un derecho y un objetivo legítimo. Nacimos en paz y tenemos el derecho de morir en paz.
Hermanos haya paz entre los hombres de buena voluntad.
Por los siglos de los siglos.
Amén.