Una vez leí un libro que me proponía surfear la vida como si se tratara de un viaje encima de una ola gigante.
Súbete a la ola de la vida y deja que ella te acompañe. Suavemente a veces, más violentamente otras veces. A veces con sol, otras con lluvia. La ola te lleva por el camino de la vida. Y no es que se trate de no hacer nada. No, no se trata de eso. Se trata de no nadar contra corriente porque acabas ahogándote.
Cuando venga la ola, mírala de cara, toma tu valor y tu coraje, confía en ti y en la vida que te propone nadar con una ola gigante y…. surfea con ella disfrutando de cada momento. De los buenos momentos y de los menos buenos. Confía, agradece por todo, hasta por lo que te parece malo, a priori. Todo es por algo, todo tiene una razón, una explicación, aunque tu mente concreta y simple no la comprenda.
Sé paciente, agradecido, no pierdas los papeles, recógete en los momentos duros y espera, como hace el invierno, a que llegue la primavera.
Siempre llega.
Excelente mensaje. Vamos a mecernos sobre las olas.
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