Me inclino ante tí, mujer sabia y valiente.
Me inclino ante tu sabiduría antigua y verdadera, ante tu bondad infinita y ante tu inmensa belleza.
Eres la mamá impoluta que todos quisiéramos tener, la madre solícita, la belleza hecha mujer.
Tu sagrado útero ha parido un bebé y te llenas de alegría, de gracia y de poder.
Me inclino ante tí y te reconozco como madre eterna, como hija perfecta, como mujer y como hembra que siembra vida y amor por donde quiera.
Eres poderosa, eres auténtica, eres un faro de ejemplo y fortaleza.
Me inclino ante tí y te reconozco maestra.
👍👍👍
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