Me morí ayer y empecé a vivir.
Dejé de sufrir por pagar el alquiler o la hipoteca, por comprar comida o ropa para vestirme.
Dejé de poner gasolina al coche, de pagar peajes, zona azul, parquings…
Dejé de tener que ir al cine o a cenar para relajarme, de ir de vacaciones para descansar…
Me morí y empecé a vivir.
Empecé a disfrutar de la eternidad sin tiempo ni espacio.
Comencé a desplazarme sin subir a un avión ni pasar aduanas, ni fronteras…
El mundo era pequeño para mi y visité mil mundos más, todos los universos posibles estaban a mi alcance.
Salí de mi cuerpo y ocupé todos los cuerpos, me sumergí en todos los océanos y habité todas las montañas.
Fui árbol y pez, águila y camino, cielo y nube.
Fui eterno.
Me morí y empecé a vivir.

👏👏
Me gustaMe gusta
Pingback: VOLVIENDO A CASA — EL PARÉNTESIS DEL SER – Indira Escalante