Mi vecina vive sola y ella sola se alimenta.
Se ríe de todo y de nada y con humor se sustenta.
Un dia vivió el amor de hijos y de pareja, pero su amor se extinguió y hoy su amor le hace la gresca.
Pero mi vecina es sabia, es mujer y un poco vieja, y conoce el sinsabor de lamer sola la ausencia.
Y por eso mi vecina cada día resucita, sale a la calle discreta y se ríe de ella sola, se ama a sí misma y se respeta.
Un ejemplo mi vecina, un regalo de sapiencia.
Por suerte la tengo cerca, vivimos puerta por puerta.