Hoy ha muerto un hombre sabio, de esos que cuando hablan expanden tu corazón.
Hay palabras necias y palabras sabias.
Las palabras necias, encogen el corazón, las sabias lo expanden.
Somos necios la mayor parte del tiempo, y utilizamos neciamente las palabras, sin tacto, groseramente, estúpidamente. Hablamos por hablar, para defendernos de no se sabe qué…
Hablamos para alardear, para fardar, para no callar…
El sabio calla más que habla y cuando lo hace se te queda carita de niño inocente, te alimenta el alma y te calma la mente.
Hoy ha muerto un hombre sabio y la muerte se me antoja un poco más dulce, un poco más fácil, un poco más amiga.
Buena muerte tengan ustedes, buena muerte tengamos todos.