Marcados por unos padres únicos, geniales, imponentes. Estigmatizados por sus historias y vidas de película, peliculeros de ficción y de realidad. Somos los hijos de una generación de hombres y mujeres únicos, épicos, epopéyicos. Hijos de los protagonistas de todas las películas…! Infancias marcadas por las películas y los egos de unos padres enormes que nos eclipsaron.
Quisimos emularles, estuvimos a su lado y aprendimos de ellos, pero nunca los superamos.
Hoy nos reunimos entorno a una mesa y siguen protagonizando nuestras vidas, somos sus gestos, sus anécdotas, sus batallas, sus logros, pero los fracasos son nuestros. Ellos fueron los grandes, los maestros, los olvidados, los muertos.
