En vano intento acercar mi corazón a la marea de tus sentimientos.
Por fin entiendo que quizá nunca podremos hacerlo en esta vida.
Somos como el agua y el aceite, incompatibilidad asegurada, tal vez adquirida …pero tan adherida que resulta imposible conjugarla.
En el fondo sé que ambas quisiéramos ser como uña y carne, pero la terca realidad de siglos que arrastramos nos recuerda que nos parecemos más a un huevo y a una castaña.
Nos obligaban a llevarnos bien y aun conservamos esa obligación pegada a nuestro cuerpo. Nunca lo conseguimos. Rindámonos hermana y, entonces, algún día, tal vez nos reiremos juntas de tanta adversidad mal heredada.
👍👍
Me gustaLe gusta a 1 persona