Una eterna incomprensión que llega siempre tarde.
Esqueletos de fotos en blanco y negro.
Recuerdos que no significan nada para el que los escucha.
Familia, hambre de mantenerse unido cuando es imposible.
Necesidad insatisfecha. Familia, famulus, esclavitud, herencia de emociones no resueltas.
Palabras que no llegan a pronunciarse.
Niños que lloran, familia.
Soledad de ancianos, familia.
Lágrimas de San Lorenzo….familia.
MÁS FAMILIA
Reencuentros inesperados, ¡familia!
Conversaciones, recuerdos, coincidencias….familia.
Hermandad, lugares comunes, gestos recobrados, familia.
Saberse querido, quererse sin saberlo, aprender a sentirlo, familia.
Caminos paralelos, vidas compartidas, canciones olvidadas, familia.
Ausencias presentes, pasados superados, gustos conocidos, familia.
La infancia recobrada….familia!

Yo viviré algún día
El viaje es un misterio. Nunca vuelves unificado. Primero llega tu cuerpo, tu mente se atrasa un poco y por último llega tu alma.
Gestionar las crisis emocionales es difícil, la oscuridad se apodera de ti y entras en una espiral de energía negativa, donde tu ego victimista se siente cómodo y te atrapa en sus redes de tristeza, melancolía, añoranza y toda serie de adjetivos abstractos e inútiles. Aunque tal vez no lo sean tanto y tan solo sean la herramienta para seguir creciendo. Nadie dijo que fuera fácil. Crecer duele, que te asomen los dientes duele, que tus piernas crezcan duele, que tu espiritu se expanda duele. Duele tomar distancia y soltar. Duele abandonar las zonas de confort, duele separarse de los hijos, y sobre todo duele dejar de ser víctima y/o verdugo y seguir caminando por la cuerda floja en busca de equilibrio.
Nacemos en primavera, regordetes y risueños. Nos muda la piel y el sueño nos hace sobrevivir. Y reímos y lloramos y a veces nos consolamos cuando mamá nos da teta.

Nos viene a visitar por la mañana,