Las cosas mundanas a veces me abruman, me canso, me agoto, me entra calentura.
No encuentro salida, me afligen las penas y mi pensamiento piensa por su cuenta.
Me da escalofríos o tengo calor, el mundo es un caos cada día mayor…
Hoy lo ves muy negro, mañana mejor, la vida es un lío en esta dimensión.
Así que te pido que te des la vuelta, que aquietes tu mente que tengas paciencia. Que escuches al ángel que habita contigo, no te has dado cuenta pero quiere ser tu amigo.
No sólo está él, son un batallón. Angelitos lindos vienen un montón, a cuidarte mucho, a reír contigo, a secar tus lágrimas, a abrigarte si hace frío
Pídele a tus ángeles que no te abandonen, que guarden tu cama, susurren canciones, que te den besitos y las buenas noches, que velen tus sueños y tus ilusiones.
«Àngel de la guarda, dulce compañía, no me dejes nunca que me perdería»
Muchas veces me quedo mirando a mi nieto de dos años observando su entorno, empapándose de vida, interesado por el vuelo de una mariposa.
Casi siempre los adultos hacemos que los niños salgan de su meditación, de su abstracción, de su presente maravilloso y verdadero, porque tienen que comer, o bañarse, o ir al cole a aprender muchas cosas que no le servirán de mucho pero le mantendrán muy ocupado.
Y pronto empezamos a correr para vestirnos, para descansar, para jugar, para trabajar…
Y llega un día en que ya no puedes parar…
¡Y es tan sano parar!
¡Es tan necesario parar!
Paradójicamente muchas veces la vida nos obliga a parar y no precisamente para disfrutar de ella mejor, sino porque la enfermedad, el cansancio, el abatimiento nos ha invadido y nuestro cuerpo se queda sin la energía vital necesaria para continuar.
Paramos, entonces, por obligación, por prescripción, por precaución, para recargar combustible y seguir corriendo hasta el siguiente lugar, hasta que llega un día en que ya no puedes correr más y se te rompe el motor.
Entonces el parón es total y, excepto a ti mismo, a nadie más le va a importar.
La carrera de los siglos seguirá sucediendo y serán otros los que tomen el relevo…
¿Y si paráramos antes? Por gusto, por deseo, por conciencia.
Y si nos permitiéramos disfrutar de los detalles, sin perdernos en las obligaciones impuestas?
¿Y si empezáramos a vivir antes de envejecer, enfermar o morir?
¿Y si pudieras escuchar cada día el canto de un pájaro?
¿Y si perdieras el tiempo oliendo una flor o viendo salir el sol?
Y cuando creas que ya no puedes más, da un pasito para atrás y coge velocidad.
Rectifica tu enfado, repliega las alas del odio, siente la compasión del corazón de Dios, elévate sobre los hombres y saca tus alas de ángel.
Conviértete en el Amor que eres y desparrámalo sobre tus hijos y tus padres, sobre tus amigos y tus enemigos, sobre los locos y los cuerdos, sobre los que parecen malos y los que se creen buenos.
Ensancha el pecho, mira al cielo, respira hondo y vibra tan alto, con tanto amor y tanta luz que tu sola presencia deshará la sombra, la duda, el miedo, el rencor, la envidia, el odio, la mentira, el llanto, el desamor.
Tu sola presencia bastará para sanarte.
Tu sola presencia alumbrará todas tus noches, tu sola presencia aliviará todos tus males, tu sola presencia disolverá todas tus dudas.
Vibra alto y la oscuridad se rendirá a tus pies y te abandonará para siempre.
Mereces un amor que te quiera despeinada, incluso con las razones que te levantan deprisa y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura, que pueda comerse al mundo si camina de tu mano, que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo, que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas, que te apoye en tus ridículos, que respete que eres libre, que te acompañe en tu vuelo, que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras, que te traiga la ilusión, el café y la poesía.
Hay agravios, hay abusos, hay traiciones indecentes, hay seres muy inconscientes que utilizan su ignorancia sin amor, sin tolerancia.
Hay momentos imposibles, hay dolores insufribles, hay relaciones amargas que minan tu inocencia mágica.
Pero detrás de todo eso hay seres tan fuertes, tan bellos, tan luminosos, tan buenos, que pueden con todo eso, con cada horror, cada pena, con la ignorancia suprema.
Y con total fortaleza vuelan sobre su tristeza. Le dan alas a los sueños, son magos y son los dueños de su sagrada verdad, de su total libertad, de su amor, de su destino. Esos seres son divinos y tú entre ellos estás.💚