DIME DE LO QUE PRESUMES…

¿A quién quieres engañar? Ya se te ha visto el plumero. Lo fácil es ver la paja primero en el ojo ajeno.

El otro está equivocado, o es idiota o muy malvado. Tú todo lo has superado, eres sabio, estás sanado.

Has hecho cien mil terapias, has visitado a gurús, te han tirado todas las cartas y has viajado a Katmandú.

Conoces bien las carencias que atormentan a la gente, tú has superado con nota todo lo que a ellos les duele.

Que tienes el niño herido te dicen los muy ilusos, ¡qué sabrán ellos, amigo! Menudos egos confusos.

Estoy tan lejos de tí. Lo tengo tan superado, que en cuanto hablas de mi, me siento muy atacado.

Todo me lo tomo mal, no soporto ni una crítica, me duele hasta que me abraces, no aguanto ni una caricia.

Soy frágil, estoy herido, confuso, malentendido…pero no sé recular, no aflojo no sea que pierda esa apariencia inmortal que no aguanta una contienda.

Dime de lo que presumes… conozco las estrategias.

¿No ves que somos iguales? Como tú, yo también fui una niña pequeña.

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