Gratitud es lo que tengo en esta noche sin luna, donde suenan a lo lejos los petardos de fiestas nocturnas.
Gratitud para mis padres que decidieron parirme y regalarme esta vida llena de eternos matices.
Gratitud a mis maestros, los visibles e invisibles, los que se hicieron pequeños a fuerza de malherirme.
Gratitud a mis dos hijas por su amor y su bondad por enseñarme con su ejemplo la eterna generosidad.
Gratitud a mi marido, mi compañero, mi amigo, mi álter ego, mi ternura, mi maestro, mi enemigo.
Gratitud hacia mi misma que he sabido renacer entre cenizas de barro y algunos tarros de miel.
Con gratitud hoy me miro y agradezco lo vivido, pues soy mejor, menos terca, más amorosa y atenta.
Tengo paciencia a raudales, me veo y me sé mirar. Escucho todas mis quejas, mis lágrimas van al mar…
Y cuando elija mudarme de traje hacia el otro mundo, te miraré muy profundo y te volveré a besar.