A MI ANGEL DE LA GUARDA

Hoy has hecho horas extra, querido Ángel de la Guarda y te has puesto las pilas, temprano, de buena mañana.

Has madrugado un poco para salir a verme y cuidar de mi vida, como haces diariamente.

Gracias, bendito Ángel, mi buen guardián y amigo.

Tú conoces mi vida, tú eres el testigo, de mis noches en vela, de todos mis anhelos, de mis miedos fugaces, de mis errores nuevos.

Y estás siempre conmigo y acaricias mis sueños y te inventas historias para contarme cuentos.

Y hoy te doy las gracias, mi fiel ángel eterno, porque has estado atento y me has cuidado el cuerpo.

Ahora a mi me toca conservar bien la calma, subir la vibración y sin temor, ni rabia… Confiar en la vida, en mi decisión sabia, en que todo está bien y en que mi alma no me engaña.

Sin miedo, con amor, con total confianza, seguiré mi camino contigo, fiel amigo, mi buen Ángel de la Guarda.

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