Cuando te sientas sin fuerzas para seguir caminando, cuando no tengas las ganas que hacen falta para andar.
Cuando tengas más tristeza que alegrías que contar…
Abrázame hermano humano, yo te sabré consolar.
Yo convertiré tus penas en pequeñas alegrías y drenaré esas lágrimas que sólo te hacen llorar.
Te llenaré de resinas que devuelvan tu alegría, te regalaré piñones, te pintaré como el mar.
Soy el pino que te mira desde la roca más alta, el que saluda tus pasos cuando pasas frente a mí.
Espera, no tengas prisa, y no camines tan rápido, soy el pino que te espera para hacerte sonreir.
Benditos todos los pinos que hoy nos han dado su abrazo, bendita la Madre Tierra, que nos bendice sin fin.
Gracias por ese abrazo que hoy necesitaba.
Me gustaMe gusta