Desde un lugar muy lejano, en donde todo es paz y tranquilidad, te escribo alma mía que me acompañas desde antaño.
Desde ese lugar que no recuerdo con mi cerebro humano y limitado, te siento alma y te animo a seguir dándome abrigo en las noches de colapso.
Esas noches traicioneras en las que la mente te invade con realidades que te hacen sufrir.
Y sufres porque tu mente te miente, te engaña, te muestra una realidad que no existe. ¡Hay tantas realidades! ¿Por qué escoger la que te hace sufrir? Escoge la amorosa, la bella, la maravillosa, la que sueñas, la que anhelas, la que te mereces por derecho divino. Porque somos dioses envueltos en trajes de celofán que no nos dejan respirar. Libérate de los trajes que te ahogan, despliega las alas y… vuela.