Soy bruja, siempre fui bruja, pero lo había olvidado. Es duro recordar que un día te quemaron.
Te callaron la boca y te ataron las manos. Te mandaron a la hoguera donde mueren los malos…
Y volviste de nuevo, cien veces o quinientas, para volver a ser la bruja que despierta, que recuerda las flores, los ungüentos y las recetas de todos los remedios, de todas las dolencias.
Soy bruja, y…¡ sé hacer tantas cosas! Que no habrá vida bastante para poder hacerlas, no obstante estoy contenta, porque no importa, cuándo, ni cómo ni con quién, antes de irme de nuevo nos rendiremos cuentas. Volveremos al campo y, con todas las hierbas, prepararé la pócima que despierte a la Tierra.