Me cargas de energía, sol de soles. Te invoco cada día en mis oraciones.
Eres el padre solícito que a mi llamada acude y me calmas el frío y me recompones.
No nos faltes nunca, sol de mis mayores, sol que nos calientas, con tus rayos y tus resplandores.
Eres esa estrella que nunca se apaga, que siempre, despierta, mis días acompaña.
Entras en mis venas y en mis entrañas, tu buen calorcito recarga mi espalda, abrázame otro ratito solecito de mi alma.