Y el sabio continúa pidiendo imposibles…
Después de ser impecable con las palabras y no tomarme nada personalmente, ahora me pide que no haga suposiciones…
Entonces…¿cómo voy a ir por la vida?
Seré ecuánime, equilibrado, sensato y respetuoso. No tendré pensamientos negativos, ni criticaré a nadie. Todo me parecerá bien y sabré decir la palabra adecuada en el momento preciso.
Callaré a tiempo y hablaré lo necesario. Sabré escuchar y contestaré sin emoción, ni apasionadamente.
¿En qué maravilla de persona me estaré convirtiendo? ¡Seguiré aprendiendo con los cuatro acuerdos!
