
Unión de corazones sorteando precipicios.
Pasos resbalosos que atraviesan soledades.
Hermanas de alma y vidas pasadas que unimos al andar el tiempo sin tiempo.
Fuimos una en el camino y el corazón se expandió y ahí sigue añorando los pasos que dimos en la selva. Los pasos resbaladizos que nos hicieron más fuertes. Siguiendo los pasos de las guerreras Tayna y Valentina, del amazonas Fabio, de la entusiasta Eliana. Las huellas transparentes del amado Amawta y las guanches de la linda Julieta. Nombres de película, corazones auténticos. El amor de Asunción y el encanto de Rosa, la fortaleza de Mar y el silencio de Brian. La cautela de la bella Mayeli y la impaciencia de la espléndida Maritza. Fuimos la orquesta de las cumbres y de los precipicios, el aplauso de la meta conseguida y la satisfacción personal del reto superado. Resonamos, nos amamos, nos respetamos, a veces nos enojamos. ¡El camino limpió el enojo y lo transformó en gozo!
Y hoy cuando cada uno ha regresado a su lugar de partida, nos sigue uniendo el hilo invisible que la madre tejió entre nosotros y que nos recuerda que somos sus hijos. Los hijos de la tierra. Hermanos de los árboles y los insectos. Diminutos y gigantes como las hormigas y las montañas de cinco mil metros. Integrando la sabiduría del águila y el cóndor en cada uno de nuestros corazones.
Gracias Amawta Fernando por la oportunidad de recorrer el camino que nos conecta con nuestra esencia. Gracias Pachamama, Madre Tierra, por sostenernos y cuidarnos y amarnos incondicionalmente. Gracias Tata Inti, poderoso Padre Sol por mostrarnos el camino y darnos abrigo. Gracias agüita viva y pura por tanta abundancia. Gracias seres del bosque, animales de poder, montañas sagradas, ríos poderosos que nos sonreíais al cruzaros…..Gracias y más gracias y eternas gracias a nuestros padres por permitirnos experimentar el regalo de la VIDA.
Jallalla❤
Pankhara🌼🌻🌼
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