Al alcance de tus dedos, tocando tu corazón, se esconde en el tercer ojo, huye de la sinrazón.
A veces está dormido, juega a tocar y parar. Se hace el sueco, el descomido y parece que no está.
Y cuando crees que ya es tuyo, de nuevo vuelve a escapar. Es tímido, escurridizo, no le gusta destacar.
Y crees que lo has alcanzado, que contigo siempre va. Pero el Ser es implacable, no se muestra por mostrar.
Debes ser tan impecable, tan sutil, tan de verdad…Debes ver a cada instante tu más nimia oscuridad.
El Ser es muy poderoso, huye de la dualidad. Y si fallas, te perdona y vuelves a comenzar.
No lo engañas, no lo compras con mentiras de humanidad. El Ser conoce tu esencia, sabe que lo lograrás.
Alcanzarlo cuesta poco, lo alcanzas con la Verdad. Siendo honesto, generoso, humilde de corazón.
Siendo bueno y amoroso, trabajando sin pudor para el mayor bien de tu alma y el de tu Ser Superior.