Escondidita, invisible, no le gusta presumir.
Se esconde, no te persigue, te teja siempre elegir.
Es discreta y educada, respeta tu decisión.
Si la escuchas, te regala su amor sin más condición.
Es tu alma, la encargada de recordar tu misión.
La que nunca está cansada, la que no sufre dolor.
De la que a veces te olvidas, cuando no escuchas su voz.
A la que siempre castigas, cuando la mente toma el timón.
Hoy conecto con mi alma y ya me siento mejor
porque sé que no estoy sola, porque me sé puro amor.
Cuando siento mucho miedo, cuando tiemblo, cuando muero,
Cuando puede el pensamiento y me aprisiona la voz…
Vuelvo a respirar profundo, vuelvo a abrir mi corazón
y conecto con mi alma que es un trocito de Dios.