El relato está bien hecho. Es machacón y constante.
El sistema causa el problema y acto seguido te dará la solución.
Y por poco que lo pienses, siempre es de la misma forma:
Sembrar el miedo, la angustia, la necesidad de control.
Estudiado, elaborado, hecho a la medida de tu mente.
Da igual si se trata del clima, de un virus o de una religión.
Ellos crean el peligro, ellos dan la solución.
Todo va en el mismo pack: miedo, mas miedo, mas miedo.
No te permiten dudar. Si lo haces, vives fuera de su fuero.
En otra jurisdicción, en otro discernimiento.
Yo no contrato contigo, no no me trago tus cuentos.
Te invito a leer entre líneas, puedes descorrer el velo.
¡Es tan grande la ignominia, es tan burda la ilusión!
¡Tan perversa! ¡tan antigua! ¡tan falta de corazón!
No te tragues su relato, en verano hace calor.
Las tormentas naturales no ocasionan tanto horror.
Cuidado con las kacunas, tal vez no son lo que son.
Ojito con la comida, con el agua, con el sol. Todo en su justa medida, no te causará dolor.
Abre los ojos, discierne. No le temas a los virus, témele más al que miente a costa de esos bichitos.
Como la naturaleza, en armonía y equilibrio.
No me creas, no me imites. Sólo tuyo es tu camino.
Yo te animo a recorrerlo a través del laberinto.
Azucena mujer viva y soberana bajo la jurisdicción de la Ley Natural
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