Me estoy quedando sin pilas, estoy yendo al ralentí. Me falta fuelle, me canso, es muy cansado vivir.
Pero igualmente me gusta, en completa dualidad paso estos días de locura y enorme tranquilidad.
Al ralentí de emociones, al ralentí, sin correr. Sin demasiadas pasiones. Observo cómo hay que hacer para llegar a la noche sin demasiado quehacer.
Como, duermo, desorino y vuelvo a desorinar, confiando en el destino, procuro verlas pasar y si me siento cansada, me siento a desconectar.
Al ralentí, no me importa casi nada mucho más, que mis hijas y mis nietos, mis gatos y tu mirar.