Decía el Maestro que había que estar en el mundo sin ser del mundo. ¡Qué fácil!
Que nada te perturbe. Que Nada te afecte. Que nada te saque de tus casillas, quiero decir de ‘tu centro’.
Vivir en esta tercera dimensión entre emociones, miedos, carencias emocionales, relaciones tóxicas y otras lindas experiencias duales es de todo menos fácil.
Es un duro trabajo de contención, de introspección, de paciencia y comprensión. Pasando por la compasión, la conciencia y el perdón.
Y todo eso aplicado primero a uno mismo. En constante vigilia a tus pensamientos, a tus reacciones y a tus palabras.
Estar en el mundo sin ser del mundo es de una complejidad supina. Una misión imposible que te lleva toda la vida.
Requiere un profundo amor incondicional hacia uno mismo a la par de un auténtico desapego. Un dejar que las cosas pasen, sin intervenir en el camino de aprendizaje de los demás.
Respeto, confianza, amor y libertad serían los atributos de ese ser humano que se conoce y sabe que su camino y su aprendizaje es personal e intransferible.
Te deseo un buen camino, hermoso ser de luz. Y prometo aprender a respetarte a pesar de que muchas veces no lo comparta.
Porque…¿Quién soy yo para saber qué es lo mejor para ti?
Sólo tu madre, tu hijo, tu amigo…y llevamos tantas vidas aprendiendo !!!
Buen camino y mucho amor 😍