Volveremos a las calles y hasta a hablar con el vecino.

Volveremos a los bares más viejos y concurridos.

Nos tomaremos de las manos como cuando éramos niños,

saltaremos a la comba, charlaremos con los amigos.

Nos escribiremos cartas y leeremos el destino

en los posos de café y en el tarot más antiguo.

Y veremos sin los ojos y oiremos sin los oídos.

Recordaremos las cosas que hacíamos cuando sabíamos

que lo sabíamos todo sin que nos lo hubieran dicho.

Volveremos a las calles, las que habíamos perdido

cuando enchufamos pantallas en los cerebros de los niños.

Y volverán las canciones y los refranes más finos,

recordaremos recetas, recuperaremos guiños,

para jugar a las cartas sin celulares malditos.

Y haremos los crucigramas y los puzles más divinos

y bailaremos las danzas y nos bañaremos en los ríos.

Y saludaremos al sol, él siempre está, él no se ha ido.

Él nos sigue acompañando, como el fuego, el aire, el trigo.

La Madre Tierra nos guía, no temas, no nos han vencido,

nos quieren matar de miedo, sin saber que somos divinos.

Somos Dioses poderosos, SOMOS Luz en el camino.

Y alumbrando hemos logrado volver a nuestro destino.